Cuando parecía que Nokia quedaba fuera de carrera en el mercado de los smartphones, la marca finlandesa sacó de la galera el Lumia 1020, un teléfono que tiene valores suficientes para competir con los líderes del mercado –iPhones de Apple y la línea SIV de Samsung– y le da a su sistema operativo Windows Phone 8 el empujón que necesita en un mercado polarizado.
Nokia ha mantenido su poderío en el ranking de fabricantes de teléfonos móviles tradicionales (es el segundo en el mundo, detrás de Samsung), pero hasta ahora era evidente su rezago en la categoría de los teléfonos inteligentes que dominan con autoridad Samsung y Apple.
Por eso la firma finlandesa quiso pegarle a los líderes en donde más les duele: la cámara.
En el rubro fotografía y video, Lumia 1020 es muy superior al iPhone, equipo al que deja muy atrás gracias a su cámara de 41 megapixeles; también le saca algunas cabezas a Samsung en calidad y prestaciones de su cámara.
De hecho, podríamos decir que el Lumia 1020 es un teléfono-cámara en partes iguales. No solo por su óptica y resolución, sino por las funcionalidades y la versatilidad que muestra a la hora de compartir el contenido capturado.
Da la impresión de que el sistema operativo de Microsoft se ha sacado de arriba las ataduras y presenta un estilo armonioso y práctico. Es más, parece que los móviles son el hábitat natural del Windows 8 porque, si su versión PC ha generado críticas por el cambio de lógica que impone a los usuarios, en el teléfono todo fluye con normalidad y de forma muy intuitiva.
Quien se compre un Lumia 1020 puede ir poniendo a la venta su cámara digital portable. En especial, si no es profesional, porque el resultado, tanto en fotos como en video, es realmente sorprendente. Quien tenga aires “pro” encontrará en este dispositivo un nivel de personalización y de dominio sobre el desempeño de la cámara que pocas cámaras de las “verdaderas” portables pueden ofrecer.
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Claro que el protagonismo de la cámara también termina por influenciar el diseño general del teléfono, que gira en torno a este dispositivo.
Pese a que la cámara le hace ganar un poco de volumen, el teléfono no llega a convertirse en una molestia. Conclusión, la portabilidad del Nokia Lumia 1020 en el día a día no se ve afectada.
Lo que sí se debe destacar es que es importante sumarle al dispositivo la carcasa que se vende como opcional, ya que, si bien le suma gramos y centímetros al aparato, es la mejor forma de protegerlo a la hora de cargarlo en el bolsillo o cartera, o cuando se lo apoya sobre una superficie. En cualquier caso estamos ante un diseño bonito y algo juvenil (debido a la elección de los colores).
La pantalla es otro punto destacable de este teléfono. Los colores se ven particularmente vívidos, si los comparamos con sus competidores inmediatos. En este sentido el que sale peor parado es el iPhone.
Donde el Lumia no se muestra tan solvente es a la hora de utilizarlo al sol, ya que muchas de sus ventajas se ven atenuadas.
Otro rubro en el que Nokia se ha superado con este modelos es en lo que tiene que ver con las aplicaciones. Pese a que la tienda del Windows no es la más amigable del planeta, lo cierto es que la superación es evidente, y no solo en lo que tiene que ver con el rubro fotografía y video, ya que varias aplicaciones de uso corriente en sus competidores han llegado a la plataforma de Microsoft. De este modo se aleja uno de los fantasmas que revoloteaban sobre la cabeza del usuario a la hora de la decisión de compra de un dispositivo que no es Android ni iOS.
En resumen, para quienes quieren el teléfono para algo más que llamar, el Lumia 1020 es una buena opción, en especial porque es un dispositivo que no tiene nada que envidiarle a los de Apple y Samsung. Estas ventajas se amplifican si lo que se busca es un dispositivo multimedia, porque la cámara de este modelo hace realmente la diferencia. (...)